En el siglo que nos toca vivir, el perro ha dejado de ser el principal transmisor del virus de la rabia, siendo los casos denunciados de característica excepcional. Sin embargo, otros agentes de enfermedades que pudieran evitarse lo tienen nuevamente de protagonista.
Tal es el caso de Toxocara Canis, parásito que elimina con las heces, y a partir de las mismas se contagian los humanos, sobre todo niños. El Toxocara por vía sanguínea se localiza en los ojos y es causa de ceguera. Las estadísticas son escalofriantes. En los centros de referencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se diagnostica un caso por semana.
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